lunes, 1 de octubre de 2012

Los traumatismos cráneales y sus víctimas los de­por­tis­tas Duros golpes de la vida


El cerebro es la única glándula del or­ga­nismo que secreta ideas, como bien lo diría el neurólogo Humberto Molina Abe­cia. La importancia de este órgano para poder in­te­rre­la­cio­narnos con otras per­so­nas y con el medio ambiente es crucial; sin em­bargo, muchas veces es sometido a un alto riesgo especialmente en com­pe­ticiones deportivas.

La participación en deportes de con­tacto tiene un número alto de com­petidores a nivel de todo el mundo, es­pe­cial­men­te jóvenes. El estar acos­tum­bra­dos a es­cu­char per­so­nas que fallecen luego de co­lisiones de trán­sito, gente hospitalizada pos­terior a una agresión física o cual­quier otro tipo de accidente que ocasione una lesión cerebral im­por­tante, hace que se subestime de forma general las con­mo­cio­nes ce­rebrales o Lesión Cerebral Traumá­tica Mo­de­rada (MTBI) del inglés mild traumatic brain injury, que es más común y más seria de lo que se pensaba previamente.

La palabra conmoción deriva del Latin concussus, que significa sa­cu­dir vio­len­tamente y el Congreso de Neurocirujanos, en 1966, la definió como: “trastorno in­me­diato y transitorio de las funciones neurológicas, como ser alteración en la conciencia, trastornos de la visión, del equilibrio y otros síntomas similares”.

Gracias al fútbol americano se ha podido establecer muchos con­cep­tos aplicables a los otros deportes en relación con el traumatismo cra­neal. En 1919 hubo 53 muertes en Estados Unidos debido a este de­por­te, cifra que fue disminuyendo en proporción al número de par­ti­ci­pantes, debido a la conformación de varios cen­tros de estudio de los mecanismos del trauma craneal. Se mejoró notablemente en el equi­pamiento e incluso algunas reglas han sido modificadas para dis­mi­nuir las lesiones en jugadores, como, por ejemplo, la prohibición de tener contacto inicial con la parte superior de la cabeza, puesto que el impacto puede ser trans­mi­tido a la médula cervical aumentando el riesgo de cuadriplejía.

Los futbolistas no están exentos de sufrir lesiones por los constantes impactos que realizan al golpear el balón con la cabeza. Esto es muy importante si consideramos que hay aproximadamente 200 millones de jugadores de fútbol. Master y Col. analiza futbolistas profesionales eu­ro­peos utilizando test neuro-psicológicos. En sus resultados re­portan deterioro neu­ro-cognitivo crónico que involucra la me­moria, la planeación y el procesamiento visuoperceptual, lo cual era más evidente en delanteros y defensores que son los que tienen más contacto con el balón el momento en el que cabesean.

El boxeo difiere de otros deportes por los repetidos golpes en la ca­be­za. La estrategia del boxeador es des­estabilizar el sistema nervioso del oponente. La lesión crónica ce­rebral en boxeadores incluye tras­tor­nos de movimiento, trastornos par­kin­so­nia­nos, alteraciones del cerebelo (incoordinación en los mo­vimientos, ines­tabilidad al caminar), trastornos cog­ni­ti­vos y anor­ma­li­da­des de tipo psiquiátricas, cons­ti­tu­yén­dose así la Demencia Pu­gi­lís­ti­ca. El más alto exponente de este de­por­te que presentó las al­te­ra­cio­nes antes señaladas es, sin duda, Muhammad Alí.

Para las pautas generales de ma­ne­jo de­bemos partir del hecho que todo de­por­tis­ta con pérdida de con­ciencia debe ser considerado como portador de una lesión cerebral im­portante, como también de una lesión en columna cervical. Ambos son considerados como una unidad en traumatismos de gran magnitud. El pa­cien­te debe ser movilizado en bloque, o sea, evitando la flexión, extensión y/o rotación de la cabeza.

Ya que los accidentes severos en la prác­tica del deporte son más una excepción, consideraremos a la Lesión Cerebral Traumá­tica Mo­de­rada como una entidad frecuente en deportistas que puede tener im­portantes efectos deletéreos a largo plazo; para poder entenderla mejor es necesario clasificarla.

Grado I: traumatismo que no pro­du­ce pérdida de conciencia y los tras­tornos mentales se resuelven en menos de 15 minutos. El atleta pue­de retornar a la competición.

Grado II: pérdida de conciencia por menos de 5 minutos o alteraciones amnésicas por más de 30 minutos, en este caso el atleta debe ser re­ti­rado de la competición. Grado III: pérdida de conciencia por más de 5 minutos o trastornos am­nésicos mayores a 24 horas, en este caso el atleta requiere ser trans­portado a un hospital para su co­rres­pon­dien­te evaluación.

Al fin y al cabo concluimos que no habría vida sin deporte; de vez en cuando par­ti­cipamos en deportes de contacto y eso no es nada malo. Lo importante es que consideremos disminuir los riesgos de lesión, uti­lizando el material adecuado, res­pe­tando las reglas y el juego limpio que cada vez se promulga más por el mundo. Los deportistas de competición y profesionales, deben tener muy en cuen­ta las re­co­men­da­ciones señaladas, para no re­to­mar una actividad intensa de­por­tiva posterior a un trauma craneal con la persistencia de síntomas re­la­cio­nados al mismo.

PARA ENTENDER MEJOR

Conmoción Estado de aturdimiento o de pérdida del conocimiento, producido por factores externos, como un golpe o un ruido fuerte.

Trauma craneal interna o externa pro­vo­ca­da en los tejidos del cráneo.

Cuadriplejía Pérdida de fuerza muscular en las cuatro extremidades.

Master y Col. Es una empresa dedicada a rea­lizar investigaciones respaldadas por datos es­ta­dísticos cuyo fin es el de con­tri­bu­ir a buscar soluciones.

Visuoperceptual La percepción visual que tiene el ser humano de los objetos que le rodean.

Párkinson Enfermedad neurológica de­ge­nerativa que se caracteriza por la rigidez muscular y el temblor permanente de las manos.

Deletéreo Mortífero, venenoso.

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