martes, 2 de octubre de 2012

Celulares, genes, estrés y otros mitos del cáncer

El uso de los teléfonos celulares, un golpe en los senos, el estrés, los aerosoles, el usar ropa interior apretada o factores genéticos son las principales causas mencionadas erróneamente por la gente como origen del cáncer, dejando de lado la mayor causa para la enfermedad es el estilo de vida.

Los datos del estudio de los mitos acerca del cáncer, según reportes de Efe y BBC, provienen de una encuesta realizada en Irlanda entre 748 personas, de las que 126 declaran trabajar en sanidad.

“Estos estudios ponen de relieve el hecho de que a un gran porcentaje de la población no le gusta particularmente la idea de la propia responsabilidad en la prevención personal del cáncer, es decir, cambiar sus formas de vida de forma”, agrega señala Hans-Jorg Senn, de la Facultad de Prevención de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO).

“Uno de cada cuatro personas pensaba que más del 50 por ciento de los cánceres son genéticos. Increíblemente, el 15 por ciento de la gente que encuestamos creían que no se puede modificar el riesgo de cáncer a lo largo de la vida”, apunta Senn.

“Hay que atender esta desinformación mediante campañas de promoción de la salud, enfatizando que la dieta y el estilo de vida, incluido fumar, cuentan en el 90-95 por ciento de los cánceres”, recuerda.

Así, sólo entre un 5 y un 8 por ciento de los tumores cancerígenos, dependiendo de la localización en el cuerpo, se deben a genes heredados.

Aunque un alto porcentaje de entrevistados era consciente de que el abuso de la sal o el consumo de carne procesada son factores de riesgo, un 27 por ciento desconocía la relación entre cáncer y carnes rojas.

ALIMENTACIÓN

Respecto a las medidas de prevención, el estudio también refleja la existencia de mitos. Hasta un 27 por ciento de los encuestados cree que las llamadas dietas “detox” pueden ayudar a prevenir el cáncer y otro 64 por ciento pone su confianza en el consumo de alimentos orgánicos, pese a que no hay estudios científicos que demuestren esa relación.

“Esperamos que al compartir esos malentendidos generalizados e informando a la opinión pública sobre los riesgos probados de cáncer y las medidas de prevención, podamos ayudar a la gente a elegir estilos de vida que reducirán el riesgo”, finaliza.

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