lunes, 12 de agosto de 2013

¡CUIDADO CON EL CORAZóN!  Prevenir a tiempo es la clave

Prevención.

Estado equilibrado

REVISTA VIVIR MÁS,

CLÍNICA LAS CONDES

Toda persona mayor de 18 años debe empezar a preocuparse de controlar su estado de salud cardiovascular. Si uno lo hace después, a veces la enfermedad ya ha empezado y puede ser tarde.

Como distintos temas salud, si uno no se preocupa oportunamente, después ya puede ser tarde, porque perdió un tiempo valiosísimo en que no hizo prevención. Esta es la clave, según el doctor Fernando Florenzano, cardiólogo de Clínica Las Condes, para evitar las enfermedades cardiovasculares, que siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo.

Un examen de sangre y uno para medir la presión arterial le pueden cambiar la vida. Así lo explica el doctor Florenzano: “La persona que quiere evaluar su riesgo cardiovascular se debe acercar a un centro médico para definir su situación. Puede que no necesite mayores cambios, puede que esa persona tenga todos sus niveles en un estado óptimo. Entonces no necesitará un control antes de cinco años. Pero puede que no esté tan bien, entonces necesitará controles más frecuentes. Hay que individualizar el riesgo y eso no se puede saber si no se ha evaluado”.

Importancia del estilo de vida

Los exámenes que se requieren para evaluar el estado de salud cardiovascular de una persona son simples de realizar y tienen un costo bajo. No hay entonces impedimento alguno para empezar de inmediato con la prevención.

El doctor Fernando Florenzano explica que, para comenzar, “se debe averiguar cómo está la presión arterial, cómo está el colesterol, la glicemia, cuánto ejercicio hace la persona, qué tipo de alimentación es la que ingiere y ver el resto de los condicionantes del riesgo cardiovascular, para planear con qué periodicidad debe ser evaluada. La mayoría de los jóvenes no necesita un control muy seguido, a menos que tenga algún antecedente, como factores hereditarios”.

En el caso de que la persona tenga los niveles altos, debiese comenzar de inmediato con un cambio en sus hábitos de vida.

PEQUEÑOS CAMBIOS,

GRANDES RESULTADOS

* Camine al menos 10 minutos diarios. Si no hace ningún tipo de actividad física, una pequeña caminata al día es una gran manera de comenzar.

* Coma un vegetal o una fruta extra al día.

Tienen buen sabor, son muy buenos para la salud y son económicos.

* Tome un buen desayuno con frutas y cereales para reducir sus niveles de colesterol.

* Levante peso. Ejercite los músculos de sus brazos levantando un par de libros pesados.

* Abandone las bebidas azucaradas. Así evitará muchas calorías diarias y un exceso de grasas corporales.

* Relájese. Respirar lento y profundo por algunos minutos al día lo relajará, disminuirá el estrés y ayudará a bajar su presión sanguínea.

Los enemigos del corazón

Si bien hay algunos factores de riesgo que no se pueden corregir, como la edad o tener antecedentes familiares, hay otros condicionantes que sí se pueden controlar.

Alimentación aterogénica: los alimentos ricos en grasas saturadas elevan los niveles de colesterol en la sangre. El exceso de hidratos de carbono refinados también predispone a los eventos vasculares.

Diabetes: se produce cuando el cuerpo no procesa bien la glucosa y hay un exceso de ésta en la sangre. El diabético tiene más riesgo de sufrir problemas cardíacos y el 85 por ciento de sus complicaciones son cardiovasculares.

Kilos demás: (...) Cuando el peso no es el adecuado, se favorecen la hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, la aparición de diabetes y el alza de colesterol.

Estrés y depresión: cuando existe una condición de alerta y defensa, con altos niveles de adrenalina, la frecuencia cardíaca y la presión arterial aumentan y esto significa un riesgo para la salud del corazón. Las personas competitivas, autoexigentes, trabajólicas y con tendencia a no expresar sus emociones tienen más infartos.

Hipertensión arterial: la presión arterial persistentemente alta acelera la aterosclerosis, produce crecimiento del corazón, infartos cerebrales y daño renal. No presenta síntomas y afecta a 25 por ciento de las personas entre 40 y 60 años, y a 50 por ciento de quienes tienen entre 70 y 80.

Presión sanguínea: el control de la presión arterial con un médico debiera convertirse en rutina anual. Para los hombres a partir de los 30 años y las mujeres después de los 40, sobre todo si hay antecedentes familiares.

Sedentarismo: insuficiente ejercicio físico sistemático en la vida cotidiana de una persona, lo que por lo general pone al organismo humano en una situación vulnerable ante enfermedades crónicas, especialmente cardíacas.

Un riesgo femenino: las mujeres que fuman y que toman anticonceptivos tienen un riesgo mayor de padecer fenómenos trombóticos, flebitis, accidentes cerebrovasculares o infarto agudo al miocardio.

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