jueves, 18 de junio de 2015

La diabetes en la infancia, una afección crónica seria

Provoca problemas en la regulación de la glucemia y cambios importantes en el estilo de vida cotidiano. Este padecimiento requiere un seguimiento médico para prevenir una serie de repercusiones graves sobre el estado de salud del menor.
CÓMO VIVIR CON LA ENFERMEDAD

El niño con diabetes debe tomar algunas precauciones y efectuar ciertos cambios en su vida cotidiana para no agravar su estado de salud y evitar complicaciones desagradables o severas. Para eso, requiere la ayuda y apoyo de sus padres.

NUTRICIÓN

Es fundamental vigilar el aporte glucídico de la alimentación del niño diabético sin que sufra carencias. Para eso, debes incorporar porciones de verduras, feculentos, productos lácteos y frutas a su dieta alimenticia. Toma en cuenta que los menores afectados por diabetes no pueden saltarse ni una comida, ya que tiene repercusiones nefastas sobre su estado de salud. Asimismo, no dudes en variar los menús para que el infante tenga gusto en alimentarse. Es indispensable no diferenciar al niño del resto de la familia para evitar frustrarlo. De esta manera, prepara comidas equilibradas e idénticas para todos los integrantes del núcleo familiar.

DEPORTE

La práctica regular de una actividad física permite ayudar al pequeño con diabetes, ya que mejora la circulación sanguínea y los músculos utilizan la glucosa presente en la sangre para proveer energía al niño. De esta manera, la tasa de glucemia disminuye. Además, el deporte brinda bienestar físico y mental. Es también una excelente manera para reducir el estrés y aumentar la autoestima del infante. Sin embargo, debes pedir consejos a tu médico de familia sobre los ejercicios que puede realizar tu hijo sin sufrir una crisis de hipoglucemia.

ESCUELA

La escuela ocupa un lugar importante en la vida de los niños. Para optimizar la integración social y escolar del pequeño diabético, no debes alejar a tu hijo de las actividades que realizan sus compañeros. De lo contrario, podría sufrir discriminaciones. Por lo tanto, es indispensable avisar a sus profesores de la condición del menor e informarles sobre las conductas que deben adoptar con él, particularmente si sufre una crisis. Asimismo, el infante debe llevar siempre consigo su tratamiento. De esta manera, no será necesario prohibir que el niño realice ejercicios físicos (sin que sean demasiado intensos) o excursiones.

FAMILIA

Cuando el médico diagnostica la diabetes en un niño, los padres tienden a comportarse de manera diferente con su hijo, debido a la preocupación y tristeza que acarrea el diagnóstico de la patología. Sin embargo, es primordial que el infante reciba el mismo trato que sus hermanos, ya que tiene que aprender a vivir con su enfermedad y ser autónomo. Por eso, los papás deben asegurarse que el niño no se sienta diferente de los demás porque este pensamiento puede perturbar su bienestar psíquico.

LIMITA LA ANSIEDAD DE TU HIJO FRENTE AL TRATAMIENTO

DOLOR

La mayoría de los niños sienten dolor cuando se les realiza los pinchazos diarios. Para aminorar las molestias, varias investigaciones científicas han demostrado que es benéfico frotar enérgicamente la piel del pequeño antes de pincharle para que este impulso nervioso ocupe la actividad cerebral. De esta manera, se reduce la sensación de dolor. Toma en cuenta que el mismo efecto se puede obtener cuando el menor aprieta fuertemente la mano de su familiar.

DISTRACCIÓN

Es necesario distraer a tu hijo cuando llega el momento de pincharle. Puedes contarle una historia, mirar la televisión, incitarle a jugar con su muñeco o autitos, entre otros. Toma en cuenta que lo importante consiste en que no se enfoque sobre los pinchazos. Si sientes que está muy preocupado, no dudes en cantarle una canción que le guste y abrazarlo para reconfortarlo. Debes también explicarle que no lo pinchas por gusto, sino que es para ayudarle a mejorar su estado de salud.

REFUERZO

Tienes que efectuar un refuerzo positivo con tu hijo para que los momentos de pinchazos sean menos desagradables para él. De esta manera, felicita al pequeño cuando no llora. Gracias a las felicitaciones, el niño querrá comportarse de la misma forma las siguientes veces. Es necesario que sienta que lo apoyas y que estás orgulloso de él. Por otro lado, si llora, no debes reñirlo. Intenta reconfortarlo y ayudarle a disminuir su angustia, ya que si te enojas, aumentarás su ansiedad.

PROFESIONAL

Es indispensable que pidas a un profesional que te enseñe a pinchar a tu hijo para evitar que le duela, ya que cuando utilizas una mala técnica para inyectar, puedes provocar muchas molestias al niño. De esta manera, pide consejos a tu médico de familia o a una enfermera. Es también importante calmar al menor y pincharle en un lugar tranquilo, ya que si está tenso, el dolor será más agudo.

Los tipos de diabetes

Durante la niñez, algunos pequeños pueden sufrir diabetes tipo 1 o 2. Por eso, es necesario diferenciar las dos formas de esta afección.

tipo 1

Es una enfermedad crónica y autoinmune que se caracteriza por la interrupción de la producción de insulina, la cual es una hormona que el páncreas segrega y transforma el azúcar presente en la sangre (glucosa) en energía. Esto provoca hiperglucemia continua y puede ocasionar el fallecimiento del paciente si no recibe inyecciones de insulina. La diabetes tipo 1 se manifiesta durante la infancia o adolescencia. Suele ser causada por factores genéticos. Por lo tanto, es imposible prevenirla.

tipo 2

A diferencia de la diabetes tipo 1, el organismo no interrumpe la producción de insulina, sino que tiene problemas para regular la tasa de glucosa en la sangre. No requiere directamente la inyección de insulina, pero es necesario tomar medicamentos. Por eso, es también conocida como diabetes no insulinodependiente. Antes, esta forma de diabetes se desarrollaba en adultos. Desde hace unos años, la incidencia de esta afección ha incrementado considerablemente en los niños y jóvenes. Según investigaciones científicas, la diabetes tipo 2 aparece durante la niñez debido a los malos hábitos alimenticios, una falta de actividad física y antecedentes familiares. Es posible prevenir esta forma de diabetes, cuidando la alimentación de los menores e incitándoles a practicar deportes.

EL REFLEJO DE LAS DISTORSIONES NUTRICIONALes SOBRE LA INCIDENCIA DE LA DIABETES MELLITUS EN LOS MENORES

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Rolando Herrera Gutiérrez

Presidente Sociedad Boliviana de Medicina Familiar

La diabetes mellitus en niños, niñas y adolescentes es un problema de salud cada vez más frecuente y su impacto es catastrófico porque no solamente crea un gran gasto de recursos en la utilización de medicamentos y procedimientos, sino que también ocasiona un deterioro precoz de la salud integral, biopsicosocial de los pequeños y jóvenes que padecen esta enfermedad.

La identificación clásica, pero ya obsoleta, que se hacía de la diabetes mellitus hasta hace pocos años mencionaba a la diabetes infantojuvenil como la forma insulinodependiente de la afección, aunque no tenía sustento en la herencia genética. En la actualidad, ese concepto ha cambiado porque se modificó la clasificación en los grandes eventos científicos mundiales, debido a que existen cada vez más niños y adolescentes con diabetes mellitus tipo 2 o no dependientes de insulina (en todas partes del mundo, incluyendo Bolivia). La razón inicial de este aumento consiste en la alta prevalencia de infantes con sobrepeso y obesidad. De hecho, es indudable que el incremento progresivo de los casos de obesidad infantil es la principal causa de este agravamiento en la crisis de la diabetes mellitus requirente de insulina, lo que nos debe llevar a pensar en el tipo de dieta que brindamos a nuestros hijos en dos ámbitos, la casa y la escuela. En el hogar, se suelen priorizar los hidratos de carbono, pan, fideo, masas, queques, papa, yuca y sopas de diferente índole, postergándose casi absolutamente los elementos de formación que son las proteínas, vitaminas y minerales, los cuales son fundamentales y corresponden a frutas, verduras, hortalizas y cereales. Asimismo, este desbalance conceptual se asocia al uso obsesivo de los celulares, laptops, netbooks y tablets que ocupan casi en un 100 por ciento el tiempo de recreación y actividad física que deberían tener los niños. También podemos sumar las absolutas faltas de garantía para su seguridad, lo que ocasiona que al contrario de los nacidos en el siglo XX, los niños ya no se encuentran en la calle para jugar, competir y socializar. Por otro lado, los kioscos de los colegios, salvo honrosas excepciones, ofrecen una inagotable fuente de comida chatarra.

La concientización es urgente para poder actuar contra el desarrollo de la diabetes mellitus en los niños, ya que las complicaciones de esta afección son severas e incluyen una corta vida si existe descompensación, repercusiones sobre el funcionamiento de todos los sistemas del organismo y un entorno psicosocial crítico cuando los pequeños se transforman en púberes y adolescentes. Es ahí donde la depresión, los cambios hormonales y las dificultades en las relaciones personales precisan de un apoyo integral y multidisciplinario.


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