jueves, 10 de septiembre de 2015

Una proteína del alzhéimer puede transmitirse en procedimientos médicos

El alzhéimer aparece de forma espontánea o por predisposición genética, pero un grupo de investigadores descubrió que la proteína beta-amiloide, asociada con la enfermedad, puede transmitirse durante ciertos procedimientos médicos por la contaminación de instrumentos quirúrgicos.

La investigación que publica la revista Nature es aún incipiente, debe completarse con pruebas adicionales y "no significa que el alzhéimer se transmita por contacto entre humanos", subraya John Collinge, director del equipo del University College London que firma este estudio.

"Lo que debemos considerar es si, además del alzhéimer esporádico y el hereditario o genético, podría haber formas adquiridas", como sucede en el caso de la enfermedad neurodegenerativa de Creutzfeldt-Jakob (ECJ), afirmó.

El equipo de científicos hizo el importante hallazgo precisamente cuando investigaba un tipo de ECJ yatrogénico (contraído durante la actuación médica).

Mediante una autopsia, los expertos analizaron el cerebro de ocho personas de entre 36 y 51 años que habían muerto de ECJ contraída tras someterse en los años 80 a un tratamiento con hormona del crecimiento extraída quirúrgicamente de cadáveres.

Se comprobó que miles de personas que fueron inyectadas con hormonas del crecimiento extraídas quirúrgicamente de las glándulas pituitarias de cadáveres, un procedimiento médico que se realizó en el Reino Unido entre 1958 y 1985, han acabado desarrollando ECJ.

Se cree que las hormonas transportaban los priones de la ECJ, que se habrían adherido a los instrumentos quirúrgicos durante el proceso de extracción.

Al estudiar esos ocho cerebros, el equipo de Collinge descubrió que en seis de ellos había beta-amiloides, asociados con el alzhéimer.

En cuatro casos, los depósitos de amiloides estaban extendidos, apuntan los científicos, que aclaran que ninguno de los pacientes presentaba signos de padecer alzhéimer hereditario de aparición temprana.

Los expertos creen que el tratamiento con la hormona del crecimiento que se hizo a todos los pacientes pudo estar en el origen de la aparición del alzhéimer así como de la ECJ, debido a esa transmisión por neurocirugía.

Los fragmentos de la proteína beta-amiloide pueden adherirse también a las superficies de metal y resisten la esterilización convencional, argumentan.

"Es posible que haya tres maneras de que se generen las semillas de estas proteínas en el cerebro -explica Collinge-. Pueden aparecer espontáneamente con la edad, que haya un gen defectuoso o que surjan tras haber sido expuesto a un accidente médico".

"Esta es nuestra hipótesis", afirma el científico.

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