sábado, 27 de septiembre de 2014

Mononucleosis infecciosa o enfermedad del beso

La mononucleosis es una enfermedad muy común y poco diagnosticada que se conoce como la enfermedad del beso. Se origina por el virus de Epstein-Barr, afecta principalmente a niños y adultos jóvenes, entre los adultos se puede afirmar que casi todos han pasado en algún momento de su vida por una infección del virus Epstein-Barr.

El virus se transmite principalmente por la boca y se propaga al entrar en contacto con la saliva de un individuo infectado, por medio de besos, utensilios impregnados con saliva, tos, e inhalación de gotas de saliva. También es posible la transmisión sexual y a través de transfusiones de sangre y del uso compartido de agujas y jeringuillas, aunque esto es menos frecuente.

El virus permanece en la saliva de la persona infectada durante la fase aguda de la enfermedad y los meses posteriores. Durante este periodo, existe peligro de contagio para aquellas personas que no sean inmunes al virus.

Lo bueno es que una vez que se ha pasado la mononucleosis, se suele tener inmunidad y aproximadamente, el 50% de las personas infectadas no muestra síntomas y esta pasa inadvertida.

En algunos casos se pueden presentar síntomas que se asemejan a los que se manifiestan en una infección gripal. Estos síntomas son tos, dolor de garganta y náuseas.

Al principio, la mononucleosis causa síntomas inespecíficos, que pueden persistir hasta 10 días; los pacientes se sienten cansados, inapetentes y pueden tener náuseas. En esta fase ya suele aparecer alzas térmicas, así como dolor de cabeza y de garganta. A continuación los pacientes manifiestan fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos en garganta y de diversas partes del cuerpo. También existe esplenomegalia (inflamación del bazo), angina monocítica (inflamación de las amígdalas), sedimento gris en paladar y amígdalas. Estos cambios desaparecen, por regla general, pasadas una a dos semanas.

También puede existir agrandamiento del hígado, exantema (erupciones cutáneas), fatiga crónica, ruptura de bazo, aunque estos síntomas son muy poco frecuentes.

El tratamiento de la mononucleosis se basa en aliviar los síntomas, ya que hasta el momento no existe ningún medicamento específico para tratar este mal. Para ello, es muy importante dormir mucho y descansar. Las complicaciones, como infecciones bacterianas, no suelen ser frecuentes.

La mononucleosis es difícil de prevenir, lo único que se puede hacer es evitar el contacto con personas que la padezcan, especialmente si se sufre una deficiencia inmunológica.

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