domingo, 7 de septiembre de 2014

Pie plano, lo que se debe saber

ESTUDIOS RECIENTES | INDICAN QUE UN 25 POR CIENTO DE LA POBLACIÓN PADECE DE ESTA AFECCIÓN; SIN EMBARGO, NO TODOS LOS CASOS SON IGUALES.
El pie plano es una afección común, de hecho es una de las consultas más frecuentes en ortopedia infantil y aunque por lo general no constituye un problema grave es importante un diagnóstico adecuado y a tiempo. Muchas veces se acuden a las famosas plantillas, pero no son recomendables en todos los casos. Por ello, es fundamental que ante cualquier duda acuda con un especialista.
La herencia se considera un factor predisponente para esta afección, ya que se hereda la laxitud ligamentaria o algún otro factor que en suma producirán pie plano. La mayoría de los estudios reportan una incidencia similar entre varones y mujeres, pero una fracción de las estadísticas reporta una mayor incidencia en mujeres, dice el Dr. Vladimir Ponce Tovar, Ortopedia y Traumatología de Tarija.

¿QUÉ ES EL PIE PLANO?
El pie plano o calcáneo valgo postural, es la deformidad infantil más común localizada en el pie. Es la pérdida del arco longitudinal medial normal del pie, donde están presentes además otras alteraciones anatómicas como valgo del talón (inclinación lateral del talón) y tendón de Aquiles acortado. El arco medial del pie se forma desde los 3 hasta los 6 años, por debajo de este periodo de edad el pie no presenta arco, explica Ponce.
El pie plano se divide en dos grandes grupos: pie plano flexible y pie plano rígido.
El primero se presenta en la infancia, normalmente es asintomático y puede persistir cierto grado hasta la edad adulta. Existen estudios que indican que entre un 15 y 20 por ciento de los adultos tienen cierto grado de pie plano flexible y que la mayoría son asintomáticos.
“El pie plano rígido o fijo está sujeto a causas anatómicas o neuromusculares graves que en su mayoría requieren tratamiento quirúrgico. Éstos son pies muy sintomáticos. Presentan dolor, deformidad, callosidades, dificultad en la marcha y pueden estar asociados a otras deformidades del miembro pélvico”, dice Ponce.
Cuando es asintomático se pueden corregir con tratamientos sencillos, que consisten en la realización de ejercicios que favorece al fortalecimiento de la musculatura de la planta de los pies. Por lo general se recomienda caminar descalzo por la arena, caminar de puntillas y de talones y hacer movimientos circulares con las puntas de los pies, entre otros. De todas formas, es el especialista quien determinará la afección, el grado y será también quien recomiende qué tratamiento o ejercicios seguir.

SOBRE EL DIAGNÓSTICO
“El diagnóstico, que debe hacerse entre los 3 y 6 años de edad, se realiza basado en la exploración física del niño, debe evaluarse todo el miembro inferior (caderas, rodillas, tobillos, pie), de forma estática, como también una minuciosa evaluación de la marcha”, asegura el especialista.
Por otro lado, se deben considerar factores hereditarios, interrogar a los padres sobre alguna deformidad y los antecedentes del niño (peso al nacer, desarrollo psicomotriz, etc.). Es decir, la historia clínica del paciente.
Cabe resaltar que los estudios radiológicos están reservados para pacientes con una deformidad rígida y muy marcada. Habitualmente la exploración en plantoscopio da un diagnóstico claro, dice Ponce.

TRATAMIENTO
El tratamiento está dirigido a los pacientes que presentan una deformidad mayor o que sean sintomáticos. Si bien hay una gran variedad de tratamientos que implican ejercicios para fortalecer los músculos intrínsecos y extrínsecos del pie, el uso de ortesis como plantillas taloneras, virones y otras adecuaciones al calzado están reservados para algunos casos, la mayoría de los pacientes con pie plano flexible formaran un arco adecuado al llegar a los 10 años, asegura el especialista.
La mayoría de las deformidades del pie diagnosticadas a tiempo tienen un adecuado tratamiento y corrección.
 
SÍNTOMAS
A continuación le detallamos algunos síntomas que le servirán sólo como guía, ya que ante cualquier duda debe consultar con un especialista.
Si su niño se queja de dolor en las piernas, tobillos o pies.
Si los dolores en las zonas mencionadas se producen en las noches o después de un día de actividad física moderada.
Si el dolor se produce por arriba de las rodillas.
Un síntoma frecuente es el cansancio. Si nota que su hijo se cansa en cortos trayectos, no mayores a una cuadra de longitud y por lo general pide que lo carguen en brazos.
Otro síntoma son las caídas con facilidad que se debe a la inestabilidad de los pies.
Estos síntomas básicos suelen presentarse de manera simultánea o independiente.
Otra pauta es el desgaste anormal del calzado en la región del talón, donde se compromete más la parte interna del zapato.

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