martes, 28 de marzo de 2017

Los casos de lepra blanca suben en 50 por ciento y afecta más al Trópico

La amputación de la oreja, nariz u otra parte del cuerpo es una consecuencia de la picadura de un milimétrico insecto portador de la lepra blanca o leishmaniasis.

Ese bicho flebótomo mide de dos a cuatro milímetros, se parece a un mosquito, pero con vellos en el cuerpo, y abunda en zonas tropicales como el Chapare cochabambino, por lo que la población de ese sector del departamento es la que más sufre las consecuencias de su picadura. De acuerdo a Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (SEDES) de Cochabamba, en lo que va de este 2017, se confirmó que 63 personas contrajeron la enfermedad.

Según estimaciones del responsable de esa repartición, Rubén Castillo, esa cifra es superior a la registrada durante ese mismo período en 2016. El año pasado había algo más de 30 casos hasta marzo.

CONSECUENCIAS La transmisión tiene que ver con diversos factores, que pasan por lo económico y social.

Castillo contó que hay pobladores de escasos recursos que se internan en campos de cultivo a costa de exponerse a la picadura del insecto. Además, viven en malas condiciones. Sus viviendas, por ejemplo, carecen de sistemas de gestión de residuos, tienen alcantarillado abierto, entre otras carencias. Esos factores provocan la proliferación de los insectos.

MANIFESTACIÓN Considerando que el efecto de la picadura no es inmediato, gran parte de las víctimas solicita atención médica cuando su cuadro ya está avanzado.

La lepra blanca se manifiesta de tres maneras: visceral (se ven afectadas las vísceras especialmente hígado y riñones), cutánea (afecta la piel) y mucocutánea (áreas húmedas y la piel). La segunda es la que tiene más incidencia en los pobladores del Trópico de Cochabamba.

En los tres casos, los causantes son los insectos hembras que necesitan la sangre de los seres vivos para la maduración de sus huevos.

Al cabo de dos semanas de la picadura, en el mejor de los casos, la lepra blanca cutánea se manifiesta con úlceras, una especie de heridas infectadas que, si no son curadas, se expanden y carcomen la piel.

La leishmaniasis mucocutánea, en cambio, inicia, generalmente, al interior de las fosas nasales. En este período, el paciente asocia la enfermedad con el inicio de una rinitis.

Posteriormente, se inflama la mucosa, aparecen úlceras y se llega a comprometer el tabique nasal cartilaginoso. El progreso de la enfermedad es crónico y puede involucrar el labio superior, paladar, y demás.

No obstante, cuando se la detecta tempranamente es tratable y puede curarse.

CUIDADOS Para prevenir la lepra blanca, el SEDES iniciará campañas informativas en zonas vulnerables como el Trópico.

Entre tanto, esa instancia recomienda a la población que, ante cualquier lesión provocada por un insecto, acuda a un centro de salud, así tendrá un diagnóstico temprano.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también sugiere que se controle al vector, a través del uso de insecticidas en aerosol, mosquiteros, no dormir a la intemperie, en el suelo por ejemplo, entre otros cuidados.

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