martes, 30 de abril de 2013

Exceso de sal es casi mortal

La sal es un producto básico de la canasta familiar y uno de los más baratos. Hasta aquí el panorama parece favorable, pero lo cierto es que a nivel mundial está siendo desmesuradamente consumida. "Principalmente afecta a las personas con antecedentes de cuadros cardiovasculares, ya que provoca retención de líquidos", explica Luis Alberto Rengel, cardiólogo del Centro de Enfermedades Cardiovasculares "Biocor".

El debido consumo. El experto indica que si bien este alimento es necesario, ya que es una de las principales fuentes que producen los flujos electrolitos, para permitir funcionar al cuerpo; sin embargo, se debe consumir solo lo suficiente. Lo ideal es un 2,5 gramos de sal por día para las personas, "que no tienen patologías cardiovasculares", dice Rengel. Para sus pacientes con presión alta y problemas de insuficiencia cardíaca disminuye esta cantidad a la mitad, ya que en estas la sal tiende a retener el sodio y agua, y puede provocar edemas (hinchazón). "En consecuencia el corazón trabaja más, porque empieza a haber una sobrecarga de agua, lo que puede afecta a su vez al pulmón", indica el cardiólogo.

Segunda oportunidad. De acuerdo a Natalia Ramos, especialista en nutrición, la cantidad de sal recomendada a nivel mundial es de menos de 4-5 gramos para un individuo sano. "Es importante conocer que cada gramo de sal contiene 400 mg de sodio, la ingesta de sodio debería ser menor a 2.000 mg al día, teniendo en cuenta que no solo este ingrediente aporta sodio, sino la mayoría de los alimentos, por lo cual los niveles de ingesta en la población actual superan ampliamente las recomendaciones", precisa la profesional, que alarma que la sal está asociada a diferentes tipos de cáncer.

Lo bueno y lo malo de la sal. El sodio tiene varias funciones vitales como equilibrar el contenido de agua, de bases y ácidos en la sangre, así como ayudar a conducir la energía eléctrica necesaria para mover los músculos.

Sin embargo, el lado negativo es este: el riñón es el filtro del cuerpo, depura la sangre y mantiene un equilibro, cuando se consume sal en exceso se eleva el sodio sanguíneo y aumenta la retención de líquidos, sube la presión arterial y obliga al riñón a filtrar más sodio. La elevación de la presión arterial elimina la sal en exceso, pero también agrega una carga para las arterias, que con el tiempo se dañarán y provocarán más hipertensión. También produce otras enfermedades cardiovasculares, aumentando el riesgo de infarto.

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