lunes, 1 de abril de 2013

Suben casos de tuberculosis multirresistente

La tuberculosis, conocida como “enfermedad de los pobres”, es una de las afecciones bacterianas más letales del mundo y la segunda causa mundial de mortalidad, tras el VIH, producida por un agente infeccioso. A pesar de que en las dos últimas décadas se ha logrado reducir el índice de mortalidad a casi la mitad, la tuberculosis todavía mata a 1,4 millones de personas cada año, el 95 por ciento de las cuales viven en países en vías de desarrollo. Y ahora, la preocupación estriba en la aparición de cepas multirresistentes a los medicamentos.

“La tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch, que afecta principalmente a los pulmones. Es una enfermedad crónica que se transmite por el aire”, explica Jorge Alfonso Aguirre, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Viedma.

“La tuberculosis multirresistente es una variedad de la tuberculosis común que ha desarrollado una inmunidad a los medicamentos estándar más eficaces. Es cuando un paciente es resistente a dos drogas como mínimo. Por lo general, se da en personas que no han seguido de forma estricta el tratamiento prescrito para la variedad común o que han estado en contacto con pacientes que estaban enfermos con un bacilo tuberculoso multirresistente y que no habían recibido la atención necesaria”, explica el especialista.

A nivel mundial, más de 630.000 personas sufren tuberculosis multirresistente. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las organizaciones no gubernamentales alertaron de que en los últimos años los casos de tuberculosis multirresistente aumentaron de manera considerable y que, dada la falta de medios en muchos países, podría suponer un retroceso en la erradicación de la enfermedad y propagarse extensamente.

La OMS y el Fondo Mundial contra la Tuberculosis, la Malaria y el Sida solicitaron a la comunidad internacional que amplíe en 1.600 millones dólares la aportación para el trienio 2014-2016 con el objetivo de financiar programas de tratamiento y prevención en los países más necesitados, sobre todo en el África Subsahariana, donde tiene un gran impacto debido a la propensión que tienen los enfermos de sida a contraer tuberculosis como consecuencia de la debilidad de su sistema inmunitario.

El mayor aliado de la tuberculosis es la pobreza, que provoca malnutrición y disminución de las defensas y el hacinamiento de las personas

Aunque el número total de casos está disminuyendo, ha aumentado la resistencia a los fármacos antituberculosos de manera significativa que, dada la falta de medios en muchos países, podría suponer un retroceso en la erradicación de la enfermedad y propagarse extensamente



Un problema de salud pública

Bolivia se encuentra entre los primeros cinco países de América Latina con altas tasas de tuberculosis. Anualmente hay más de 6.456 nuevos casos de tuberculosis, siendo Santa Cruz, La Paz y Cochabamba los departamentos con más casos y el grupo etario más afectado está entre los 15 a 24 años, comenta el neumólogo Jorge Aguirre.

En Cochabamba, el 2012 se registraron 1.146 casos de tuberculosis en todas sus formas, explica Aguirre con datos del Programa de Tuberculosis del Servicio Departamental de Salud.

Los datos revelan que en nuestro país hay más de 200 pacientes multirresistentes y en Cochabamba existen nueve casos. Sin embargo, explica el especialista, esto puede estar sesgado pues estas cifras contabilizan solamente a las personas tratadas.

Bolivia no tiene la capacidad de tratar a estos pacientes y tiene que esperar recibir donaciones y si solamente llegan donaciones para 90 personas, las otras 110 quedan sin el tratamiento, comenta.

A pesar de los avances en relación con el diagnóstico y tratamiento, y siendo una enfermedad prevenible y curable, en nuestro país sigue constituyendo un problema de salud pública.

“El principal problema que enfrenta Bolivia es que los pacientes abandonan el tratamiento, a pesar de ser gratuito. A los dos meses sienten la mejoría y dejan de tomar las tabletas. Todavía el programa de tuberculosis tiene que ser mejorado, pues en ningún centro de salud o posta se da tratamiento los domingos, es como si le dieran vacaciones al bacilo”, relata Aguirre.

“Hace falta personal que haga un control exhaustivo en las dos fases del tratamiento, se tiene que observar, controlar, supervisar que el paciente tome”, señala.

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