sábado, 30 de abril de 2011

Consumo de grasas aumenta el riesgo de disfunción eréctil

El excesivo consumo de grasas animales incrementa los casos de disfunción eréctil, según se anunció en el congreso de la Asociación Española de Andrología que se celebra en la ciudad de Palma de Mallorca.

Además, según se informó en dicho encuentro, las personas con sobrepeso tienen el doble de riesgo de presentar disfunción eréctil y los hombres obesos son 25 veces más propensos a sufrir problemas sexuales que los que tienen un peso normal.

En España, la obesidad afecta a unos seis millones de mayores de edad y hay 17 millones con sobrepeso.

Según el director del Instituto de Medicina Sexual, Mariano Rosselló, “en pocos años veremos cómo las cifras de españoles con disfunciones sexuales aumentan, lo que repercute también en la salud psíquica”.

El especialista indicó que el sobrepeso también afecta a las mujeres a través de una falta de deseo, sobre todo durante la posmenopausia.

Por ello, una de las principales medidas que recomiendan los expertos para disfrutar de la vida sexual en personas con exceso de peso, es adelgazar.

Según una investigación de una universidad estadounidense, la pérdida de peso tiene un efecto inmediato en la salud sexual.

“Los pacientes obesos nos aseguran que con perder unos kilos se sienten diez o 20 años más jóvenes en su vida sexual”, dijo Rosselló.

Según la Organización Mundial de la Salud, para disfrutar de una vida sexual completa deben coexistir varios factores como la posibilidad de disfrutar de una actividad sexual reproductiva, el ejercicio de la sexualidad sin temores o vergüenzas y, finalmente, una actividad sexual libre de trastornos orgánicos, enfermedades o alteraciones que las entorpezcan.

Los especialistas revelaron que según cálculos, más de dos millones de españoles sufren de disfunción eréctil, si bien su prevalencia aumenta con la edad.

La disfunción eréctil o impotencia erigendi (con frecuencia aún llamada en español incorrectamente impotencia, que técnicamente ya no es el término aceptado por muchos especialistas en sexología) es la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria.

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