jueves, 24 de marzo de 2011

El mercurio en el pescado no perjudica al corazón, dice estudio

El mercurio del pescado consumido no aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas o apoplejía, según un inusual estudio sobre la salud en el cual los investigadores que analizaron los niveles de toxina en decenas de miles de uñas de los pies.

Desde hace tiempo los expertos habían instado a la gente a comer pescado para reducir los riesgos al corazón, pero algunos se preocupaban de que el mercurio en determinados tipos de pescado, como tiburón y pez espada, pudieran contrarrestar cualquier beneficio. Los estudios anteriores habían dado resultados contradictorios.

El estudio más reciente, financiado por el gobierno, es el más numeroso en ocuparse del tema. En vez de depender de lo que gente decía comer, midió el nivel de mercurio en las uñas de los pies, un buen indicio de exposición al metal por el consumo de pescado.

No se detectaron diferencias entre las tasas de enfermedades cardíacas y apoplejía entre los que tenían las mayores concentraciones de mercurio y los que tenían las menores.

"La persona promedio debería comer pescado como parte de una dieta saludable" y no debe preocuparse por efectos dañinos al corazón, afirmó el cardiólogo Dariush Mozaffarian, de la Facultad de Salud Pública de Harvard y que condujo la investigación que publica el jueves la revista New England Journal of Medicine.

El mercurio se da naturalmente en el suelo y en las rocas, incluso el carbón. Se eleva al aire por medio de las plantas de energía accionadas a carbón y otras fuentes y se deposita en el agua. Los peces pequeños absorben mercurio cuando se alimentan con plancton y después son comidos por peces más grandes. Los depredadores de mayor tamaño, como tiburones, peces espada y la caballa, tienden a acumular las mayores cantidades de mercurio.

En grandes cantidades, el metal puede dañar el cerebro y el sistema nervioso en desarrollo de los niños y es de especial preocupación para las embarazadas debido al daño que puede causar al feto.

El nuevo estudio sobre adultos empleó informaciones de dos investigaciones de 174.000 profesionales de la salud.

Como las uñas de los pies crecen lentamente y a tasas diferentes, son preferibles a las muestras de sangre porque suministran un panorama más precioso sobre la exposición de mercurio a largo plazo. También son más fáciles de coleccionar y de almacenar.

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