jueves, 7 de mayo de 2015

La infección de las amígdalas

Muchos niños que tienen entre 3 y 7 años padecen amigdalitis, la cual consiste en una infección e inflamación de las amígdalas. Estos ganglios linfáticos se encuentran en el fondo de la garganta, alrededor de la faringe. Ayudan a combatir infecciones que penetran en el organismo por la nariz y la boca. Sin embargo, en algunos casos, son sujetos a agentes infecciosos y bacterianos, ya que el sistema inmunitario de los pequeños no está completamente desarrollado.

Los principales síntomas son dolores agudos en la garganta. También se observa fiebre, malestar general, cefaleas y vómitos. Asimismo, debido a que el sistema auditivo comparte los mismos nervios, las molestias suelen expandirse a los oídos. Toma en cuenta que la deglución es generalmente muy dolorosa y el niño puede tener cambios en su voz. Por eso, es necesario modificar la alimentación del menor y utilizar remedios caseros para que se sienta mejor.

DETECTA Y PREVIENE ESTA DOLENCIA

DIAGNÓSTICO

Cuando los primeros síntomas aparecen, los padres deben llevar a su hijo al pediatra. Para efectuar un diagnóstico preciso, el médico examina la garganta del pequeño y realiza un frotis. Es también necesario hacer análisis sanguíneos para observar si la tasa de glóbulos blancos ha incrementado y detectar cuál agente infeccioso o viral ha causado la infección (estreptococos del grupo A, bacterias o virus respiratorios).

TRATAMIENTO

En casos de amigdalitis causada por bacterias, es imperioso tomar antibióticos, los cuales deben ser prescritos por el pediatra y permiten curar la infección. Cuando la afección es viral, el médico suele administrar analgésicos para reducir los diversos dolores (en la garganta, oídos y cefaleas). Es fundamental destacar que los padres deben respetar la posología de los medicamentos y no detener el tratamiento cuando el infante se siente mejor, ya que podrían crearle resistencia a los fármacos.

COMPLICACIONES

La toma de medicamentos permite prevenir las complicaciones de la amigdalitis como la fiebre reumática (propagación de los estreptococos del grupo A en el cuerpo, los cuales afectan a los órganos vitales) y los abscesos periamigdalinos (acumulación de las bacterias en los tejidos). Sin embargo, los padres no pueden automedicar a su hijo y deben imperativamente tener una prescripción de su pediatra. Por otro lado, la amigdalectomía, es decir, la cirugía que extirpa las amígdalas, se efectúa solamente en los niños que sufren de amigdalitis recurrente o cuando los antibióticos no permiten curar la afección bacteriana.

MEDIDAS PREVENTIVAS

Para prevenir el desarrollo de la amigdalitis, los niños deben lavarse las manos antes de comer y después de entrar al baño. Asimismo, es obligatorio enseñar a tu hijo a tapar su boca cuando tose o estornude para que las bacterias no se propaguen. No olvides que no puedes fumar a proximidad de un menor, ya que el humo de cigarro lo vuelve más vulnerable a la amigdalitis.

Otras opciones para que se sienta mejor

GÁRGARAS

Los niños que pueden efectuar gárgaras sin ahogarse deben realizarlas (mezclando media cuchara de sal en un vaso de agua tibia) 3 veces por día.

ACTIVIDADES

No es necesario que tu hijo se quede en cama todo el día. Debes incitarle a realizar actividades tranquilas para que recupere sus fuerzas.


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