martes, 3 de julio de 2012

La demencia y el entorno familiar

La demencia tiene un gran impacto en la vida de las personas que la padecen y también en su entorno, llegando a influir en lo social, laboral, familiar y personal. Por ello es importante que los familiares conozcan algunos datos para poder afrontarla correctamente.

Según el neurólogo Mario Camargo, la demencia se la describe como una alteración progresiva del cerebro, que compromete la función cognitiva (memoria, lenguaje, cálculo, razonamiento), con alteración de la conducta y alteración de la funcionalidad, que deteriora su calidad de vida, pudiendo llegar a la dependencia absoluta.

Sin causa, pero con diferentes tipos. Si bien no se conoce una causa para la demencia, Camargo señala que sí se sabe que conlleva a la pérdida de neuronas y sus interconexiones, con depósito de unas proteínas llamadas amiloides.

Cabe resaltar que hay diferentes tipos de demencia, con diferentes pronósticos y diferentes tratamientos. "La más frecuente es la enfermedad de Alzheimer, donde domina la pérdida de memoria. Le sigue en importancia por la posibilidad de prevenir la demencia vascular, en menos frecuencia están las demencias fronto-temporales, caracterizadas por los problemas de conducta, la demencia de Pick y la demencia por cuerpo de Lewy", señala.

Señales de 'humo'. Según la explicación del experto, en general los primeros signos de alarma son dificultad con la memoria reciente, asevera y pregunta múltiples veces lo mismo, empieza a tener problemas con tareas habituales, pierde objetos fácilmente, puede desorientarse o perderse en lugares conocidos.

Hay pruebas para comprobar la veracidad. El diagnóstico de demencia habitualmente es rechazado por los familiares. "Por eso es ideal que esté respaldado por el estudio de un grupo de profesionales multidisciplinario que realiza una investigación de los síntomas, una serie de tests evaluatorios, además de exámenes de sangre y resonancia magnética cerebral", señala.

Por otra parte, el neurólogo resalta que cada vez hay más evidencias de tratamientos farmacológicos efectivos para frenar la pérdida de memoria, mejorar el sueño, tratar la depresión y los problemas de conducta de los pacientes con demencia.

Los tratamientos no farmacológicos incluyen entrenamientos cognitivos, ejercicios de la memoria, musicoterapia, neurorrehabilitación física, terapia ocupacional y ejercicios físicos rutinarios.

El familiar en escena. Como parte de la conducta terapéutica es importante definir algunos aspectos. Camargo describe los siguientes: quién va a ser el cuidador del paciente y quiénes son los ayudantes del cuidador. También hay que organizar una rutina diaria escrita con horarios para la medicación, alimentación, higiene y conductas terapéuticas no farmacológicas.

Evite realizar cambios en la casa donde vive el paciente, no mueva los muebles, no lo cambie de cuarto, ni de casa. Evite que conduzca automóvil y estimule las actividades sin riesgos que el paciente puede realizar por sí solo o acompañado; además, trate que la casa esté bien iluminada, sin escalones, sin alfombras y sin encerar los pisos

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