lunes, 24 de enero de 2011

El oxígeno puede curar heridas crónicas

“...no llores mientras la vida deja un minuto al amor. Ese minuto de vida a la orilla de la muerte...”, dice una parte de la cueca Infierno verde que Brigitta Polson canta mientras toca la guitarra.

Está feliz. Sus manos ya tienen piel nueva, luego de más de 20 sesiones en una cámara hiperbárica. El pasado año casi pierde la vida cuando estalló la garrafa de gas que manipulaba y le quemó las manos y el rostro.

Esta ciudadana sueca es una de las cientos de personas que acuden a la oxigenoterapia aplicada en una cámara hiperbárica para curar sus dolencias.

Esas patologías pueden ser desde una migraña hasta el “pie diabético” (infección o destrucción de los tejidos profundos en los pies que afectan a personas con diabetes).

La medicina hiperbárica consiste en suministrar a presión oxígeno puro (al 100%) al cuerpo. Al combinar presión y oxígeno se generan efectos físicos y fisiológicos beneficiosos para aplicar a un número cada vez mayor de enfermedades.

Estas cámaras eran ampliamente usadas para tratar a buzos con problemas de descompresión. Hoy su utilidad se extendió en el tratamiento de las enfermedades crónicas e infecciosas.

Esta terapia -avalada por la Food & Drugs Administration de EEUU- es aliada en el tratamiento de diabetes, gangrena, intoxicación, Alzheimer, esclerosis múltiple, sordera súbita, estrés, migraña, entre 15, según reconoce esa entidad.

La aplicación

Antes de aplicar la terapia, el paciente es sometido a una valoración para confirmar la patología que lo aqueja y para definir el número de sesiones que requiere, explican en dos centros que aplican esta medicina en La Paz.

En la sala de espera del Centro Oxigénesis, ubicado en Obrajes, Filomena Vargas aguarda a su amiga, quien tiene una sesión en la cámara para curar las quemaduras que sufrió en su rostro.

Vargas, quien adolece de gastritis y tiene várices en los pies, también está en tratamiento en ese centro, pero con ozono. Según cuenta, su amiga también comenzó así a recomendación de su dermatólogo, “ahora está en la cámara hiperbárica y su piel ya está más suave. Se está recuperando”, afirma.

La especialista en medicina hiperbárica del Centro Oxigénesis, Viviana Barrón, explica que ese tratamiento responde a una terapia asociada. Esto implica que, paralelamente, el paciente sigue el tratamiento de su médico (en este caso el dermatólogo), tomando y aplicándose los medicamentos correspondientes.

Este centro, que también aplica la ozonoterapia, cuenta con una cámara hiperbárica monoplaza. Allí el paciente, sólo cabe uno, permanece recostado durante los 45 ó 60 minutos que dura la sesión diaria.

Dentro la cámara hay total silencio. Éste se rompe sólo cuando la médica le pregunta, por un intercomunicador, si tiene alguna molestia. Por lo general, sienten un zumbido en el oído -como en el avión- dice Barrón. Un tapón de algodón es la solución.

En un ambiente distinto, en el Centro Hiperbárico de Medicina Actual (Cehima), ubicado en la avenida Arce, se exhibe un banner con fotografías del antes y el después de las patologías allí tratadas: quemaduras como el caso de Polson o pie diabético como la de Damiana Mamani.

Mamani llegó a ese centro con una herida severamente infectada, el llamado “pie diabético”, pero luego de 20 sesiones en la cámara hiperbárica multiplaza (única en Latinoamérica con esa tecnología de punta) y los médicamentos, su pie ya casi está completamente recuperado.

El médico responsable de aplicar esa terapia en Cehima es Carlos Astorga, especialista en medicina hiperbárica.

En sus seis años de experiencia en ese centro, afirma que con esa terapia se pudo salvar incluso un pie a punto de ser amputado por la gangrena o, en otros casos, reducir el área de amputación, de todo el pie a sólo los dedos.

Mientras controla la presión de la cámara donde están dos de sus pacientes -uno con parálisis facial y otra con gastritis-, Astorga explica que el número de sesiones depende de la gravedad de la enfermedad.

Una pequeña ventana circular permite ver al interior de la cámara donde ambos pacientes llevan una máscara y tapones especiales en los oídos. Están viendo una película.

En ambos centros afirman que el costo del tratamiento es accesible (aunque no dan precios) que varían de paciente a paciente de acuerdo al número de sesiones. Una migraña, por ejemplo, se puede curar en cinco sesiones en Cehima y una quemadura severa, en Oxigénesis, en unas 35.

Accesible o no, el tratamiento funciona. Así lo testimonia Polson en un video. “Tengo piel nueva y estoy más agradecida a la vida”, dice y acota que “de lo contrario hubiese seguido con las quemaduras, las cremas y, sobre todo. con el dolor ”.

La medicina hiperbárica u OHB
# Medicina hiperbárica Conocida como Oxigenoterapia Hiperbárica (OHB) es un método de tratamiento de la medicina ortodoxa en el cual todo el cuerpo se encuentra sometido a una presión superior a la atmosférica (por encima de 1,5 atmósferas absolutas).


# Uso El paciente respira oxígeno al 100% en un recipiente hermético llamado cámara hiperbárica.


# La cámara Es un habitáculo preparado para soportar elevadas presiones en su interior.


# Tipos Hay monoplaza y multiplaza, que tienen importantes diferencias de manejo, metodología y en los tipos de tratamientos que se pueden aplicar en cada una de ellas.


# Terapia No es una medicina alternativa, sino producto de la investigación científica formal y resultado de muchos años de estudio.


# Contraindicado Cualquier persona, incluso niños, pueden tratarse con este tipo de terapia, excepto las personas que tienen claustrofobia, marcapasos, problemas respiratorios o de obstrucción pulmonar, o glaucoma porque el ojo no puede soportar esa presión.

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