domingo, 8 de mayo de 2011

Sergio Strejilevich Contra el trastorno bipolar

El trastorno bipolar es una enfermedad mental que afecta por igual a hombres y a mujeres en todo el planeta y se estima que para 2020 sea la sexta causa de mayor discapacidad; sin embargo, la dolencia sigue rodeada de muchos estigmas y desinformación. Es por eso que semanas atrás los expertos recibieron de manera positiva que la actriz galesa Catherine Zeta Jones (foto principal) hubiera admitido que sufre de esta enfermedad y que realizaba un tratamiento para superarla.

Para conocer detalles acerca de lo que se ha descubierto y se conoce del trastorno bipolar, consultamos al psiquiatra argentino Sergio Strejilevich, uno de los especialistas más reconocidos del continente y actual jefe del programa de trastornos bipolares del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.

-¿Es verdad que cuesta diagnosticar el trastorno bipolar?

-Los datos indican que se tienen dificultades en diagnosticar correctamente el trastorno bipolar en un 70% de los casos (en algunos países el porcentaje es mayor). En general se demora un promedio de ocho años, desde que una persona hace una primera consulta hasta el momento en que obtiene el diagnóstico correcto de su enfermedad. Se ha encontrado los mismos resultados en Estados Unidos, Europa y han sido corroborados en Chile y en Argentina. Es decir, no es un problema solo de nuestra región, sino también internacional.

-¿Se conocen las raíces de la enfermedad?

-No hay ninguna duda de que es una enfermedad genética. Se calcula que entre 70 y 80% de su base está dada por la herencia. Después hay otros factores que modifican su curso y que pueden ser, por ejemplo, complicaciones obstétricas o perinatales o enfermedades cerebrovasculares, pero fundamentalmente es una enfermedad genética. Lo que aún no se ha localizado son los genes vinculados a la enfermedad.

-¿En la actualidad hay más casos de trastorno bipolar que antes?

-No, la incidencia es más o menos la misma. Lo que aumentaron son algunas formas que antes se consideraban depresiones recurrentes y que hoy son consideradas trastornos bipolares, pero la forma clásica o sea, la forma Tipo 1 (se experimentan uno o más episodios de manía con o sin episodios de depresión severa) tiene la misma incidencia hoy que 40 años atrás y que es la que se encontraba al inicio de la psiquiatría moderna, en 1900. De hecho, en los inicios del siglo XX se diagnosticaban más trastornos bipolares que esquizofrenias, cosa que después se invirtió y aunque a mucha gente le parezca insólito, la depresión no existía como enfermedad, cosa que sí existía la enfermedad maniacodepresiva (nombre con el que se identificaba el trastorno bipolar). La depresión, como entidad, se empieza a conocer recién a partir de la década de los años 60 y 70, cuando irrumpen los antidepresivos.

-¿Con qué otras enfermedades se puede confundir el trastorno bipolar?

-Básicamente con la depresión. Ese es el error más común, otro es la esquizofrenia. Hay quienes creen que los síntomas psicóticos, como las alucinaciones o los delirios solo pueden darse en el marco de una esquizofrenia; sin embargo, es muy común que las personas con trastorno bipolar tengan síntomas psicóticos en algunos de sus episodios. También se puede confundir con trastornos de ansiedad y con el déficit de atención o hiperactividad en los niños, porque un grupo no desdeñable de personas inicia sus síntomas en la etapa infanto juvenil.

-¿Se ha trabajado para que los especialistas acierten mejor en el diagnóstico?

-Una manera es entrenar a los médicos para que aprendan a reconocer la enfermedad y otra es que entiendan cuáles son las consecuencias de dar bien o mal una valoración, porque lo importante no es solo dar con el diagnóstico, sino lo que eso implica, ya que determina las posibilidades que el afectado tiene de recuperarse. El trastorno bipolar tiene un tratamiento totalmente diferente al de la depresión o al de la esquizofrenia. Entonces, cuando no es diagnosticado correctamente y no recibe el tratamiento adecuado, la posibilidad de recuperarse es cada vez menor.

-¿Es cierto que algunos pacientes dejan de tomar los medicamentos porque encuentran información alternativa de que la enfermedad. ¿Se controla con cambios de hábitos alimenticios o de actividad?

-Los pacientes dejan de tomar los remedios por múltiples razones y no solo los que sufren de trastorno bipolar. El tema de cumplir adecuadamente el tratamiento es uno de los problemas más frecuentes en la medicina en general, ya sea en los diabéticos, hipertensos, los que tienen infecciones o VIH. En el caso de los bipolares se le agrega el problema de que cuando la persona sufre síntomas maniacos, se siente muy bien y cree estar curada y eso lo puede llevar a dejar la medicación. Por otro lado, acabamos de terminar una investigación en Colombia y en Argentina acerca del uso de medicinas alternativas que hacen las personas bipolares y mostró que no por ello dejan el tratamiento médico.

Ahora, es verdad que cambiar de hábitos y realizar actividades físicas ayudan. Es que para que el tratamiento médico tenga un pleno funcionamiento se requiere que la persona no solo tome la medicación, sino que también haga una serie de ajustes en su vida que hacen que el tratamiento rinda más y esto se hace a expensas de un tratamiento que se llama psicoeducación, lo que hay que tomar en cuenta es que ese tratamiento no remplaza a la medicación, sino que la complementa.

-¿Se puede saber cuáles son los alimentos y medicamentos prohibidos para un bipolar?

-Desde el punto de vista alimenticio no hay ninguna restricción. De medicamentos hay algunos que se debe evitar, pero de la misma manera que lo hacen las personas que sufren de otras enfermedades. Pero me parece importante que se sepa es que así como los antidepresivos son muy útiles en el tratamiento de la depresión unipolar son, en la mayoría de los casos, contraproducentes en el tratamiento del trastorno bipolar, porque su consumo provoca más depresión. Puede ser que al inicio de su consumo aminoren los síntomas depresivos, pero a largo plazo aumentan la cantidad de días con depresión. No quiere decir que estén totalmente prohibidos, sino que tienen que ser utilizados con racionalidad e indicados por un profesional lo suficientemente entrenado en el tratamiento de los trastornos bipolares.

-Al ser una enfermedad crónica, ¿qué es lo aconsejable para tratar bipolares de la tercera edad?

-Lo mismo que para personas de cualquier otra edad. No tiene indicaciones diferentes. Se usan las mismas drogas y se ajustan de acuerdo con la característica clínica del paciente, pero no hay diferencias de fondo . Si lo que hay a veces es un problema de diagnóstico de personas que podrían tener síntomas avanzados en edad, a partir de los 50 años, porque ahí hay que hacer algunas diferencias con algunos tipos de cuadros neurodegenerativos como la demencia frontotemporal, pero una vez diagnosticado el trastorno bipolar el tratamiento es el mismo.

-¿Es cierto que el trastorno bipolar es el cuadro psiquiátrico que más suicidios provoca?

-Es cierto. Es que la depresión es el síntoma prevalente dentro del trastorno bipolar y el suicidio es una de las complicaciones de la depresión. El 98% de los que se suicidan lo hacen porque están afectados por un cuadro psiquiátrico y el cuadro psiquiátrico que más depresión produce es el trastorno bipolar. Esa es la razón.

-La tasa de alcoholismo y consumo de drogas entre bipolares es más alta ¿por qué ocurre eso?

-Debido a las oscilaciones anímicas que tienen están más expuestos al consumo de drogas y consumo de cualquier sustancia que de alguna manera remedie el sufrimiento que tiene por la misma enfermedad. Una persona con trastorno bipolar que no está debidamente tratada tiene 80% de probabilidades de desarrollar algún tipo de adicción en algún momento de su vida.

-¿Cómo afecta la enfermedad al entorno familiar y social del que la padece?

-Muy mal. El trastorno bipolar es la sexta enfermedad más cara del mundo y lo es a expensas del costo laboral que tiene, no del costo de tratamiento. Es decir de la incapacitación que produce. Cuando el paciente está deprimido no puede llevar adelante su propia vida, menos llevar una vida en sociedad adecuada y así cuando está maniaco suele estar irritable, a veces desinhibido, otras agresivo o tiene planes complejos e irrealizables. Lo cierto es que todo esto afecta directamente a su capacidad de trabajo.

Entonces las personas con trastorno bipolar tiene serios problemas para mantener un trabajo de acuerdo con sus propias capacidades y esto merma muchísimo la economía normal de la familia.

-¿Cuál debe ser la reacción de la familia, amigos y el entorno?

-Entender que es una enfermedad muy común, porque afecta casi al 4% de la población y que tiene un tratamiento que puede ser muy eficaz en las manos adecuadas.

Padecer esta dolencia no es un pecado. Es una enfermedad genética y nadie es culpable de tener esa herencia. De hecho, todos heredamos predisposiciones a diferentes enfermedades. Algunos a la hipertensión, otros a la diabetes, a la artritis, a diversos tipos de cáncer y a trastornos bipolares. Una vez que se entiende eso, en lugar de desentenderse o de ocultarse hay que combatirla y se pelea eficazmente haciendo el tratamiento adecuado.

-Además del tratamiento psiquiátrico, ¿cuál es la importancia de una terapia psicológica continua?

-La terapia psicológica adecuada aumenta la eficacia del tratamiento psiquiátrico, pero no lo remplaza. De hecho las terapias psicológicas que tienen efectividad en el trastorno bipolar están subordinadas al tratamiento farmacológico. Ahora las terapias que no son adecuadas, del mismo modo que los fármacos no adecuados pueden resultar contraproducentes, las psicoterapias no adecuadas también pueden resultar contraproducentes.

-¿Cuáles serían las adecuadas?

-Los tratamientos que tienen evidencia positiva son la psicoeducación grupal y la terapia de ritmos y para el manejo de la manía la terapia cognitiva comportamental, pero la que es más efectiva y más barata es la psicoeducación grupal.

-¿En qué consiste?

-Es un proceso de entrenamiento en el cual las personas afectadas por trastornos bipolares van aprendiendo a identificar correctamente sus síntomas, sus crisis y posteriormente se convierten en los mejores aliados del médico y de la familia para el control de los mismos. Entonces, en vez de reaccionar inadecuadamente frente a las crisis y los vaivenes anímicos aprenden a prevenirlos. El que mejor funciona se llama Programa de Barcelona y en Argentina se aplica desde hace algunos años.


- ¿Cuáles son las alternativas en caso de que no se cuenten con los medios para comprar los medicamentos para combatir la enfermedad?

-Lo que se llama el estándar de oro del tratamiento del trastorno bipolar es sumamente económico y la sustancia que más se utiliza es el litio. Todos los demás tratamientos pueden ser útiles, pero van en segundo lugar. El litio, por efectividad, seguridad y por su relación de costo es la primera opción para el tratamiento. Cuando hace algunos años realicé entrenamientos en Bolivia me llevé la sorpresa de que no tenían litio en la farmacopea, a pesar de que cuentan con uno de los mayores yacimientos de litio del mundo. Así que no tendrían que tener ninguna dificultad de acceder a él. Es insólito que no cuenten con el litio que es el medicamento más barato y efectivo para el control de una enfermedad tan cara desde todo punto de vista como es el trastorno bipolar. Por eso no creo que sea necesario buscar alternativas. Además no tiene mucha complicación técnica elaborar el medicamento, simplemente hay que hacer los comprimidos.

-¿Qué tan efectivas son las internaciones en el caso de enfrentar una crisis de trastorno bipolar?

-Es como la metáfora del martillo. Yo puedo usar un martillo para construir una mesa utilizándolo para poner los clavos, como utilizarlo para destruirla. Depende de cómo la uses. Si la internación está hecha en el tiempo adecuado y con el objetivo adecuado y se realizan las cosas correctamente puede resultar efectiva. Si está a destiempo y durante las mismas no se siguen los pasos adecuados, puede ser peor que la enfermedad como ocurre con cualquier tratamiento mal llevado. Pero la internación no es en sí misma un tratamiento, es solo un medio.

-¿Cómo manejar la negación del bipolar para enfrentar su trastorno y obtener ayuda médica?

-Con el apoyo de la familia, siendo muy claro con la información. Siendo positivo en la manera de brindar información y entendiendo que a veces la persona no puede aceptar la enfermedad porque está enferma. Entonces, a veces hay que ser ‘agresivos’ para tratarla hasta que la persona esté bien, porque muy probablemente cuando la persona deje de tener síntomas comprenda mucho mejor lo que le pasa. Si una persona está maniaca y se siente exultante es difícil que uno pueda hacerle comprender que está enfermo, pero cuando se le pase probablemente lo entienda y si es informada adecuadamente y ve los beneficios aceptará el tratamiento.

-¿Se ha avanzado en el tratamiento de la enfermedad en la última década?

-Muchísimo, hay mayor conciencia a nivel sanitario de que es necesario tener una actitud firme y proactiva en el tratamiento de las personas afectadas por esta enfermedad. Se han desarrollado nuevos medicamentos, se sabe mucho cómo funcionan los medicamentos que en un futuro van permitir desarrollar mejores medicamentos se ha avanzado mucho también en la psicoterapia, en el modo de evaluar a las personas. La verdad es que en los últimos diez años hubo un crecimiento del interés por esta enfermedad, por eso la gente cree que hay como una epidemia, cuando en realidad siempre hubo la misma cantidad de personas afectadas, lo que pasa es que ahora se las ve, se las reconoce y se las trata y por otra parte junto con ese avance hay un avance también del crecimiento de asociaciones de pacientes. Nosotros, por ejemplo, una de las investigaciones que estamos haciendo la hacemos con fondos provistos por la asociación de personas que tienen TB en Estados Unidos.

-¿Qué consejos daría para los familiares?

-Informarse, luchar por tener el mejor tratamiento posible. Entender que es una enfermedad que no es ni un castigo ni una vergüenza ni nada de lo que tengan que tener un prurito en enfrentar como lo harían con cualquier otra enfermedad y que mientras más entrenado esté el médico en el tratamiento de la enfermedad mejores serán las chances de la persona afectada.

Los médicos que están bien entrenados no tienen ningún tratamiento especial, los bien entrenados comparten los mejores tratamientos con sus colegas de otras partes del mundo. La gente que anuncia que tiene tratamientos especiales o el último tratamiento, que dice que solo él lo tiene lo único que están haciendo es publicidad y no está diciendo la verdad. En Argentina hay lo que se llama el Consenso Argentino del Tratamiento de los Trastornos Bipolares, que es un documento público de 20 páginas, realizado por 15 colegas destacados, donde indican cuáles deberían ser las bases esenciales para el tratamiento de una persona con la enfermedad. Esto también hay en Chile, Colombia, Brasil Estados Unidos, Canadá, Europa , India y otros países.

Cuando uno ve los consesos se da cuenta de que son muy parecidos y tienen sólo pequeñas diferencias. La información en ciencia se comparte, se publica, se contrasta. La gente que más sabe es la que más comparte información no la que dice ser el único en poseerla.

*Puede consultar una guía para familiares de pacientes con trastorno bipolar en la direccion
www.eldeber.com.bo/extra/2011-05-08/guia/

• importante. se debe comprender que es una enfermedad muy común, que afecta al 4% de la población y que tiene tratamientos eficaces

• tomar en cuenta. La sustancia que más se utiliza para combatir la enfermedad es el litio. Bolivia tiene uno de los yacimientos más grandes del mundo

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