lunes, 25 de enero de 2016

Mitos y hechos reales sobre las vacunas

SI SE INTERRUMPEN LOS PROGRAMAS DE VACUNACIÓN, PODRÍAN VOLVER ENFERMEDADES QUE YA ESTABAN CONTROLADAS | LA SALUD PÚBLICA, A NIVEL MUNDIAL, ESTÁ SIENDO AFECTADA POR RUMORES Y HASTA “TEORÍAS” EN CONTRA DE LAS VACUNAS.

En el último tiempo ha surgido un miedo que se ha extendido por las redes sociales e Internet sobre si se debe o no vacunar a los hijos. De hecho, existen foros de padres y médicos que se han pronunciado en contra de la vacunación. Pero ¿qué tan ciertas y fundamentadas son estas “teorías”?, ¿Qué peligros pueden presentarse realmente si no se los vacuna o viceversa?

Al respecto el Dr. Jorge Camacho Álvarez, Pediatra Intensivista Infantil, ECMOlogo infantil Staff UCIP Hospital Calvo Mackenna, Staff UCIP Clínica Alemana de Santiago, Miembro de la Sociedad de Intensivo Infantil de Chile y Miembro de la Sociedad de Intensivo Infantil Europea, dice que esta tendencia que inicialmente partió basada en una publicación que hizo el Dr. Andrew Wakefield de nacionalidad Inglesa en 1998 en la revista BMJ (British Medical Journal) revista de renombre a nivel mundial, en la que atribuía que la vacuna trivirica MMR (Rubeola, Parotiditis (paperas), Sarampión) que se aplica al año de edad, contenía mercurio (primer error), y que podía gatillar autismo entre los niños que la recibiesen, causando gran alarma y corrientes que planteaban que no se debía vacunar a los niños.

“Primero: las vacunas no contienen mercurio como tal considerado por la Organización Mundial de la Salud como una sustancia tóxica para la salud humana, si no lo que tienen es Timerosal que es un compuesto organomercúrico (etilmercúrico), que se ha demostrado que no tiene riesgo para la salud, y más bien tiene acción antiséptica y antifúngica sólidamente establecida, que es por lo que se utiliza. Fue desarrollado y registrado bajo el nombre comercial de mertodol en 1928 por la corporación farmacéutica Eli Lilly and Company y se ha usado como preservante en vacunas, preparaciones de inmunoglobulinas, antígenos en diagnosis de alergias, antisueros, productos nasales y oftálmicos, antisepsia epidérmica prequirúrgica y tintes de tatuajes”, explica.

Su uso como preservativo en vacuna ha sido controvertido y se ha retirado de las vacunas rutinarias de la infancia en los Estados Unidos, la Unión Europea y algunos otros países en respuesta a miedos populares.

“El consenso científico actual es que no hay evidencia convincente que apoye esos miedos, sin embargo muchos laboratorios han decidido retirar de sus productos este preservante, para evitar problemas con estas corrientes que se mantienen latentes a pesar que a nivel internacional se ha demostrado que no tienen ninguna base real”, dice.

Posteriormente la misma revista BMJ sacó una disculpa pública, retractándose de dicha publicación aceptando que fue un error, y que no tenía ninguna base científica, que pudiese ser sustentable.

Sin embargo el Dr. Wakefield continuó manteniendo su afirmación y fue procesado en Inglaterra por mala práctica médica y por hacer publicaciones que comprometían una conducta ética de la medicina retirándosele el título medico y prohibiéndose su práctica de la profesión. Posteriormente fue encarcelado por demostrarse relaciones del Dr. Wakefield con empresas productoras de vacunas sin timerosal que demostró una motivación económica más que ética de estas publicaciones.

Lamentablemente y como producto de todo los hechos mencionados, una corriente antivacunas han ido levantando vuelo dentro las redes sociales, probablemente producto de la desinformación y desconocimiento tanto de los beneficios que aportan las vacunas a la salud como desinformación ante lo que realmente es el timerosal, y los potenciales riesgos que le atribuyen, como todas estas campañas de terror masivo que la gran mayoría no tienen una base real, y se guían sólo por miedos populares que son solventados por la ignorancia en el tema.

El Dr. Camacho asegura que más bien las vacunas son una forma de evitar enfermedades potencialmente mortales que diezmaron millones de vidas a lo largo de la historia de la humanidad, todo lo demás solo son elucubraciones que no tienen un fundamento real.



EL PELIGRO DE NO VACUNAR

“El riesgo es que los niños se enfermen, algunas de las líneas que están en contra de la vacunación plantean que para qué se van a vacunar contra enfermedades que ya no existen, pero eso no es así, no es que las enfermedades hayan desaparecido, si no que estaban controladas por el efecto de las vacunas, pero por la falta de cobertura de la vacunación masiva, están reapareciendo, convirtiéndose en un riesgo latente. Ahora está pasando con la coqueluche que estos últimos años ha cobrado varias vidas en los recién nacidos”, asegura Camacho.

En Inglaterra se ha legislado en el sentido de que los padres pueden rechazar las vacunas para sus hijos, sin embargo si uno de ellos enferma y contagia a otras personas es responsabilidad de los mismo padres del paciente que inició el brote, asumir los costos de salud de todos los demás afectados, lo que está haciendo replantearse el hecho de rechazar la vacunación.

“Sin embargo, la corriente anti vacunas mantiene su postura a pesar de todo esto y hace que muchos padres rechacen la aplicación de las vacunas a sus hijos, algo que se entiende y se considera un derecho, sin embargo, la salud pública a nivel mundial se ha visto afectada, por la reaparición de enfermedades que antes se consideraban ya controladas pero dado que ahora un porcentaje no menor de la población mundial no está queriendo recibir la vacunas nuevamente estamos frente al riesgo de sufrir estas peligrosas enfermedades”, asegura el especialista.

Por su parte la Organización Mundial de la Salud, asegura que si las personas no están vacunadas, algunas enfermedades que se han vuelto poco comunes, tales como la poliomielitis y el sarampión, reaparecerían rápidamente.

Por otro lado, existe un concepto que apunta a que la inmunidad natural es mejor que la inmunidad adquirida con la vacuna, al respecto el especialista consultado dice que puede ser que tenga una cierta base real, pero para adquirir la inmunidad natural, el niño tiene que enfermar, y lograr sobrevivir a estas enfermedades.

“Recordemos nuevamente, que estas enfermedades pueden ser altamente mortales, o dejar secuelas definitivas que pudiendo evitarse, no tiene ningún sentido exponer a los niños a un riesgo tan importante. El mejor ejemplo es que yo a mis hijos los he vacunado con todas las vacunas que existen, por que dada la especialidad que tengo me ha tocado enfrentar a múltiples pacientes con patologías que podían ser prevenibles y que fueron casos muy difíciles como una epiglotitis por Hemofilus Influenza, Coqueluches con Hipertensión pulmonar secundaria, casos de meningitis bacterianas, y de las que no siempre hemos salido airosos en estos enfrentamientos”, explica el Dr. Camacho.



CUIDADO CON LO QUE SE LEE

“Algo que yo siempre recomiendo entre mis pacientes, es que la lectura de asuntos que aparecen en internet debe ser siempre basada en conocimiento, ya que se puede encontrar cualquier asunto sin fundamento. En general la literatura médica debe ser evaluada con algún conocimiento, y no dejarse llevar por publicaciones amarillistas o sensacionalistas que no tienen base de certeza.

“En las redes sociales, se puede decir cualquier cosa y como no hay una responsabilidad real, todo queda impune, pero generan entre la gente que le gusta revisar cosas que no entiende y sacar conclusiones, un miedo sin fundamentos y sin bases científicas. Yo como médico jamás creería que puedo construir un puente por que leí en internet como se hace, pero la pena es que el común de la gente cree que puede tomar decisiones medicas, y sacar conclusiones leyendo publicaciones en Internet que ellos mismos no entienden, y las consideran ciertas sin tener ningún manejo en el tema”, asevera el especialista.

Otro caso similar al descrito dentro estas corrientes antivacunas es la generada en Estados Unidos, donde una organización denominada como Bioautismo, y publicaciones hechas por personajes conocidos como “Los Geier” (Mark y David (padre e hijo)) quienes se ha demostrado que manejaban centros de enfermedades crónicas (ICI Intitute of Chronic Illnesses), ha generado una especie de incertidumbre. Luego se demostró que David Geier no es médico y se le ha hecho un juicio por ejercicio ilegal de la profesión, y actualmente Mark Geier (padre) ya no puede ejercer la medicina en Estados Unidos pues su licencia ha sido suspendida por malas prácticas en todos los estados. La Junta de Médicos de Maryland ha declarado que Mark Geier “pone en peligro a niños autistas y explota a sus padres”, por lo que podemos ver que las bases que han tratado de demostrar un riesgo potencial de las vacunas para la salud de la infancia no tienen una base real, si no han demostrado ser un fraude.



¿POR QUÉ TANTAS VACUNAS?

“Porque se generan para tratar de evitar enfermedades que cobran muchas vidas a nivel mundial, para tratar de evitar el riesgo para nuestros niños, y las secuelas secundarias a estas enfermedades, por ejemplo actualmente en Chile se está trabajando en desarrollar una vacuna contra el VRS (Virus Respiratorio Sincicial) que genera muchos cuadros de Bronquiolitis en los lactantes menores que conllevan una alta mortalidad.

Por otro lado, y otra duda que se ha puesto sobre la mesa es si el sistema inmunológico de los bebés puede soportar tantas vacunas. El Dr. Camacho asegura que absolutamente si, por eso es que se han desarrollado los programas de inmunización en todas partes del mundo para lograr las mejores coberturas, evitando los riesgos, y el sistema inmunológico de los niños no es que tenga que soportar las vacunas.

“Más bien con ellas se entrena al sistema inmunológico para poderse defender, de potenciales ataques devastadores de una forma mucho más controlada”, concluye el especialista.

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