lunes, 18 de enero de 2016

Problemas auditivos en la niñez

El niño o la niña con deficiencia auditiva tiene una autoestima muy baja, lo que le hace depender del “afuera”, en una búsqueda continua de signos de amor, reconocimiento, aprobación, elogios y valoración.

Los problemas auditivos son la primera causa de consulta al otorrino en Bolivia. La segunda es la otitis media aguda con supuración (oído mojado con pus), debido a las Infecciones Respiratorias Agudas (IRAs) mal curadas, constituyéndose en la primera enfermedad que provoca deficiencia auditiva y sordera en los niños.

Según Alberto Castillo, otorrinolaringólogo con especialidad en Brasil desde hace 25 años, que trabaja en los hospitales Santa Bárbara e IPTK y es propietario del Centro Médico Auditivo Alfa, la deficiencia auditiva es una alteración cuantitativa de la correcta percepción de la audición.

Esa alteración se presenta en dos formas: la hipoacusia o pérdida de la capacidad auditiva parcial (el lenguaje oral se puede adquirir por la vía auditiva) y la sordera, que es la pérdida total de la capacidad auditiva (el lenguaje oral se adquiere por la vía visual).

Castillo explica a ECOS que la audición es uno de los atributos más importantes del ser humano y que, desgraciadamente, en Bolivia la prevalencia de la hipoacusia en el recién nacido y en el lactante es de entre uno a seis casos por cada 1.000 nacidos vivos.

En edad escolar la prevalencia de hipoacusia de más de 45 decibelios (Db) es de tres por 1.000 niños y de cualquier grado hasta de 13 por 1.000.

Es importante saber que el oído se divide en tres partes: oído externo, oído medio y oído interno. La pérdida auditiva o sordera se clasifica de acuerdo a la localización de la lesión, según el grado de pérdida auditiva, las causas o la edad del comienzo de la sordera.

Si se habla de sorderas del recién nacido es grave; si no se detecta a tiempo, el niño o la niña no aprende a hablar porque no escucha.

Atención temprana
De acuerdo con la opinión especializada de Castillo, se entiende por atención temprana al conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0 a 6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastorno en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos.

“La evolución de un niño con alteraciones en su desarrollo dependerá de la fecha de detección y del momento de inicio de la atención temprana; cuanto menor sea el tiempo de privación de los estímulos, mejor plasticidad cerebral y potencialmente menor será el retraso”, sostiene.

Dice que el niño o la niña con deficiencia auditiva tiene una autoestima muy baja, lo que le hace depender del “afuera”, en una búsqueda continua de signos de amor, reconocimiento, aprobación, elogios y valoración.

La madre es quien, en mayor medida, soporta estas demandas. Tal vez porque su hijo siente que es ella quien tiene una deuda mayor con él por “haberlo hecho” distinto (lo mismo en caso de ser una niña). También porque generalmente es la progenitora la que está más presente en su vida.

Cuanto más temprano se detecta la pérdida auditiva, más rápido se puede hace un implante cuclear para poder enseñar al niño a escuchar y hablar. La “otoemisión acústica” es una prueba objetiva que sirve para la detección temprana de hipoacusia y sordera en recién nacidos.

Sin embargo, se debe tomar en cuenta que en el desarrollo motor temprano las primeras adquisiciones psicosociales e incluso el lenguaje expresivo hasta los ocho meses puede ser normal en niños hipoacúsicos, por lo que la valoración es muy difícil.

Asimismo, nuevas evidencias demuestran que la sordera durante los seis primeros meses de vida puede interferir en el desarrollo normal del habla y el lenguaje oral. Lo ideal sería identificar a estos niños antes de los tres meses de edad y la intervención comenzarla antes de los seis para prevenir las secuelas del déficit auditivo.

Otitis media aguda
La otitis media aguda con supuración (oído mojado con pus), se produce debido a las IRAs mal curadas. Se trata de una patología que está catalogada como la segunda causa de consulta al otorrino y provoca complicaciones posteriores en el oído de los niños, ya que cuando están resfriados se suenan fuerte la nariz y con esta acción introducen moco al oído a través del conducto denominado “trompa de Eustaquio”, obstruyéndolo. Como la mucosidad no tiene por dónde volver a salir, presiona la membrana timpánica hasta que revienta y provoca la salida de pus.

“Esto ocasiona una infección y sordera en el oído, llegando a ocupar el segundo lugar en cuanto patologías del oído. Si a estas personas, especialmente niños, no se les hace un tratamiento inmediato, pueden perder la audición y quedar sordos con el tiempo”, alerta el especialista.

Los cotonetes han sido fabricados para colocarse pomada en la nariz o para limpiarse el ombligo. Nunca se deben limpiar las orejas con estos insumos porque la punta de algodón se puede quedar dentro del oído y este corre el riesgo de quedar taponado.

Según el grado de pérdida auditiva
- Audición normal: Existiría audición por debajo de los 20 decibelios (dB)
- Deficiencia auditiva leve: Umbral entre 20 y 40 dB
- Deficiencia auditiva media: Umbral auditivo entre 40 y 70 dB
- Deficiencia auditiva severa: Umbral entre 70 y 90 dB
- Pérdida profunda: Umbral superior a 90 dB
- Pérdida total y cofosis: Umbral por encima de los 120 dB o imposibilidad auditiva total.
- A los primeros cinco grupos se les denomina “hipoacúsicos” y al último grupo, “sordos”.

Indicadores de riesgo
- Antecedentes familiares
- Infección en el embarazo
- Malformaciones craneofaciales
- Peso al nacer inferior a 1.500 gramos
- Niveles elevados de bilirrubina en sangre
- Agentes ototóxicos en la madre o en el niño
- Meningitis de origen bacteriano
- Accidente hipóxico-isquémico
- Ventilación mecánica
- Síndrome asociados a hipoacusia
- Traumatismo craneoencefálico
- Trastornos neurodegenerativos
- Otitis media crónica

Causas de la pérdida de audición
- Hereditaria o genética. Se subdivide en tres causas: La recesiva, donde los padres son portadores de la enfermedad pero no hipoacúsicos. Dominantes, donde uno de los padres es portador del gen Afecto y es hipoacúsico en un 10%. Genética, correspondiente al 50% de los casos.
- Adquirida. Ocurre por enfermedades de la madre durante el embarazo o problemas del neonato durante el parto. Debido a otitis y sus secuelas, fractura de oído, afecciones de oído interno y nervio auditivo, meningitis, tumores e intoxicación por antibiótico.
- Presbiacusia. Pérdida gradual de la audición a medida que la persona envejece.

Indicios
- DE 0 A 3 MESES: Ante un sonido no hay respuesta refleja tipo parpadeo, el bebé no despierta.
- DE 3 A 6 MESES: El niño se mantiene indiferente a los ruidos familiares, no se orienta hacia la voz de sus padres, no responde con emisiones a la voz humana, no emite sonidos para llamar la atención.
- DE 6 A 9 MESES: No emite sílabas, no atiende a su nombre, no se orienta a sonidos familiares.
- DE 9 A 12 MESES: No reconoce cuando le nombran sus padres, no entiende una negación, no responde a “dame” si no va acompañado del gesto con la mano.
- DE 12 A 18 MESES: No señala objetos y personas familiares cuando se le nombran, no responde de forma distinta a sonidos diferentes, no nombra algunos objetos familiares.
- DE 18 A 24 MESES: No presta atención a los cuentos, no identifica las partes del cuerpo, no construye frases de dos sílabas.
- A LOS 3 AÑOS: No se les entiende las palabras que dice, no contesta a preguntas sencillas.
- A LOS 4 AÑOS: No sabe contar lo que pasa, no es capaz de mantener una conversación sencilla.

Para tomar en cuenta
- Salvo por recetada médica, las madres embarazadas no deben tomar ningún tipo de medicamentos, sobre todo hasta el tercer mes de embarazo, periodo en el que se desarrolla la parte auditiva del niño o de la niña.
- Las madres que sospechen que su niño no escucha bien deben llevarlo a un otorrino para que le realicen un estudio audiométrico u otoemisiones acústicas.
- Al año de edad el niño ya debe emitir las palabras “mamá” o “papá”.
- Evitar el resfrío en los niños. Lllevarlos al médico cuando se resfríen: las complicaciones pueden provocar la pérdida de audición.
- De vez en cuando el otorrino debe hacer una limpieza del conducto auditivo, pero antes el paciente se debe someter a un examen audiométrico.
- Los tapones de cerumen son otra causa de sordera. Un otorrino debe realizar el aseo.
- Los cotonetes han sido fabricados para colocarse pomada en la nariz o para limpiarse el ombligo. Nunca se deben limpiar las orejas con estos insumos porque la punta de algodón se puede quedar dentro del oído y este corre el riesgo de quedar taponado.

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