lunes, 1 de agosto de 2011

Siempre es difícil dar un diagnóstico positivo

Uno de los momentos más difíciles de su trabajo es notificar a un paciente sobre un resultado positivo del VIH. Freddy Zambrana trabaja hace catorce años en esta temática de salud como funcionario público y como voluntario del Instituto para el Desarrollo Humano (IDH) y el impacto del momento siempre es el mismo.

Cada uno responde de manera diferente ante la noticia pero para todos es sin duda -dice Zambrana- uno de los momentos más difíciles de su vida porque es la información más devastadora que hayan recibido; “creen que se les ha acabado el mundo”.

Alguna vez tuvo que informar sobre el resultado incluso a jóvenes de 22 años. En todas las situaciones los pacientes necesitan recibir el soporte emocional necesario para encarar su situación. En esos momentos es necesario que sepan que con un control médico especializado y consumiendo sus medicamentos pueden seguir adelante, además del apoyo de las personas próximas.

“Somos como un amortiguador de todo el impacto porque recibir un diagnóstico positivo al VIH no es fácil”. La persona pasa por diferentes etapas una es la negación, otra la ira, rabia, tristeza o depresión.

Desde su trabajo ha llegado a miles de ciudadanos en el área urbana y rural con talleres preventivos en la temática del VIH.

Comenzó realizando encuestas sobre aspectos relacionados al virus y ahora ocupa el cargo de coordinador del programa del VIH/Sida en el Servicio Departamental de Salud.

Para llegar a los diferentes grupos sociales con talleres destinados a la prevención de la transmisión del virus es necesario adecuar la información y utilizar un lenguaje que permita la empatía. No es lo mismo trabajar con adolescentes que con trabajadores de salud cuenta Zambrana mientras explica en qué consiste su trabajo.

Por ejemplo, los grupos de trabajadores en salud necesitan recibir datos más técnicos. A este grupo social también se los debe sensibilizar sobre la atención en salud sin discriminación a personas con VIH, a las trabajadoras sexuales y a los travestis.

Gracias a su dinámica laboral pudo conocer otros países como Francia, España y Bélgica, Perú y Chile. Y a nivel departamental casi toda el área rural. Se siente privilegiado por haber ingresado a un grupo de apoyo en la temática porque el VIH es una oportunidad para hablar de valores como la honestidad y transparencia.

“Disfruto de pasar tiempo en familia”

Freddy Zambrana se siente orgulloso porque tiene una familia a la que califica de “extendida” por lo numerosa que es cuando se reúnen todos.

Una de sus principales motivaciones es consolidar su hogar en base a valores como el respeto. A ello atribuye las más de dos décadas de matrimonio con su esposa, Sandra. En su rostro serio se asoma una sonrisa cuando menciona a sus dos hijos: Christian de 21 años y Rodrigo de 16.

Freddy Zambrana es cochabambino y gusta de la buena comida, sus platos favoritos son la sopa de maní y el pato.

Una de las iniciativas encaradas por nuestro personaje es la organización de eventos sociales. Las más exitosas son las despedidas de soltero “aptas para todo público”. A diferencia de las despedidas en que los novios terminan desmayados por consumir alcohol en éstos eventos en medio de un gran sentido del humor se enfatiza en la fidelidad, la responsabilidad y el respeto en la pareja.

Freddy expresa su preocupación porque las personas están informadas sobre las causas y las formas de prevención del virus; sin embargo los casos continúan. Otro aspecto que menciona el profesional es la importancia de que la población esté consciente de que todos somos vulnerables ante la transmisión del virus. Las anécdotas en su vida laboral son muchas pero la que le impactó bastante fue cómo al colocar un pasacalle a una altura de seis metros desde el suelo, sufrió una descarga eléctrica que casi lo mata si es que se hubiese aferrado a la escalera.

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