jueves, 11 de agosto de 2011

Un poco de aspirina y té para las plantas

Las plantas acumulan polvo, lo que les trae dificultades para respirar. Éste además aumenta el riesgo de las plagas, por eso se recomienda pasarle a cada hoja un paño húmedo para eliminar cualquier suciedad que pueda haberse adherido.

Muchas abuelas aún se dan el trabajo de pasar un pedazo de algodón remojado en una taza de té tibio sobre cada una de las hojas hasta dejarlas brillando.

“Ponerle media aspirina al agua que se va a usar para regar la planta también trae buenos resultados cuando la especie está a punto de marchitarse”, aconseja Teodora Lima, una awicha con años de experiencia en el cuidado de las plantas.

“Al comprar una planta, revisa siempre que no esté agusanada y que su raíz sea de buen tamaño, dependiendo de la especie, como para trasladarla a una buena maceta o plantarla en algún lugar de tu jardín”, recomienda la experta.

“Hablar con las plantas no es mala idea, trae muy buenos resultados; yo siempre lo hago”, asegura la awicha.
Las plantas que requieren mucha luz deben colocarse cerca de la ventana o en áreas iluminadas, y las que no, pueden ubicarse en cualquier sitio. Lo importante es que no las cambies frecuentemente de lugar porque sufren un trauma al ir del frío al calor y viceversa. Esto incluso podría causarles la muerte.

Prevención
Cuando compres plantas, no olvides verificar si el follaje está saludable, de modo que puedas prevenir cualquier enfermedad o debilitamiento. Desecha las hojas y flores marchitas regularmente.

Crecimiento
Cada planta tiene un tamaño y crece de forma singular. Por ello, las macetas que compres deben adecuarse a su necesidad. Es importante determinar a qué profundidad crecerá la raíz, de manera que no tenga restricciones en su desarrollo.

Características
Cuando compres una planta pide información al vendedor sobre los cuidados que debes darle. Quizá necesite mucha o poca agua, tal vez sea de sol y no de sombra. También es bueno saber en qué tiempo florecerá.

Agua
A veces, basta con rociar las plantas o echarles poca agua. No las ahogues por flojera de tener que mojarlas cada día, esto provocará que se pudran.

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