lunes, 8 de agosto de 2011

7 medidas preventivas para mantenerse sanos

En el mundo se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona para mujeres que en la cura del Alzheimer. Algunos comentarios muy duros dicen que, de seguir así, de aquí a algunos años tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos se acordarán para qué sirven.
Dráuzio Varella es médico oncólogo y escritor brasileño, muy conocido por sus programas televisivos y radiales que popularizaron la medicina en Brasil. Según él, hay una serie de pasos que hay que seguir para no enfermarse.

Hable de sus sentimientos
Emociones y sentimientos que se esconden y se reprimen terminan en enfermedades como gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta el cáncer. Entonces, vamos a sincerarnos, hacer confidencias, compartir nuestra intimidad, nuestros ‘secretos’, ¡nuestros errores!... El diálogo, el hablar, la palabra, son poderosos remedios ¡y una excelente terapia!
Tome decisiones
La persona indecisa permanece en la duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana está hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.

Busque soluciones
Las personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren lamentarse, murmurar, ser pesimistas. Es mejor encender un fósforo que lamentarse por la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.

No viva de apariencias
Quien esconde la realidad finge, está en pose, quiere dar siempre la impresión de estar bien, mostrarse perfecto, bonachón, etc., acumula toneladas de peso. Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.

Acéptense
El rechazo de sí mismo y la ausencia de autoestima hace que nos volvamos ajenos a nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar, ser aceptado y aceptar las críticas es sabiduría, buen sentido y terapia.

Confíe
Quien no confía no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza no hay relación. La desconfianza es falta de fe en sí mismos, en los otros y en Dios.

No viva siempre triste
El buen humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. Las personas alegres tienen el don de alegrar el ambiente donde viven. El buen humor nos salva de las manos del doctor... La alegría es salud y terapia.

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