jueves, 28 de junio de 2012

Previene la displasia de cadera

El método más moderno que se utiliza para detectar problemas de displasia de cadera en los primeros meses de nacido el bebé es la ultrasonografía. La displasia de cadera (DDC) es un desarrollo anormal de la articulación que hay entre el hueso del muslo (fémur) y la cadera, que provoca un desplazamiento hacia fuera del fémur.

Cuando se desplaza del todo se denomina luxación.

Este mal puede producirse antes del nacimiento, durante el parto o incluso después. “Casi siempre se puede tratar sin operar y con éxito, pero si no se detecta, va a ser necesario un tratamiento quirúrgico para que la cadera vuelva a su sitio”, dice el traumatólogo Óscar Hevia y Vaca.

Sin tratamiento, la cadera se inflama primero y luego se produce desgaste, lo que lleva a la artritis y la artrosis. Por eso, todos los niños deben ser revisados cuidadosamente y aquellos de los que se sospeche DDC deben pasar por una ecografía.

Otro medio para detectar este problema es la radiografía. “Es un método seguro y barato para evitar las secuelas serias de una cadera luxada y sin tratamiento”, señala el especialista. Ésta debe ser efectuada dos meses después del nacimiento y, si se detecta el DDC, conviene efectuar el tratamiento y los controles.

Si no hay imágenes que intranquilicen, un control al año será suficiente. Mientras, el pediatra deberá ser minucioso en detectar cualquier cambio.

El tratamiento continúa siendo el arnés que mantiene las piernitas separadas y mirando hacia fuera para reposicionar la cadera luxada. “Es útil cuando el tratamiento se utiliza antes de los seis meses con un riguroso control”, finaliza Hevia y Vaca.

Deterioro

En caso de no diagnosticarse o tratarse apropiadamente la displasia de cadera, las complicaciones podrían ser muy serias.

El deterioro de la cadera del niño podría terminar en algún grado de cojera y en dolores crónicos severos.

Variantes

Existe la luxación típica con variantes, desde la mala posición franca, la cadera inestable y la cadera parcialmente mal colocada. El niño puede haberla adquirido en el vientre materno y puede desarrollarse más después del nacimiento.

Ecografía visualizada

Para su realización e interpretación correcta se precisa de la supervisión de un especialista. La ecografía visualiza el rodete acetabular cartilaginoso, que en el niño normal cubre el 60% de la cabeza femoral y en aquel con displasia sólo el 40%.

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